Artigo | Quilombolas no Brasil e a resistência negra pela terra


As possibilidades e desafios enfrentados por povos do campo do Brasil – como agricultores familiares, indígenas, povos e comunidades tradicionais – são trazidos na edição temática de dezembro em suplemento do jornal Mexicano ‘La Jornada’.

Em artigo produzido pela advogada popular da Terra de Direitos, Layza Queiroz, são contadas algumas das dificuldades enfrentadas por comunidades quilombolas para efetivação do direito à terra. A autora traz como exemplo o caso da Comunidade  de Patos do Ituqui, localizada em Santarém, Oeste do Pará, que existe há mais de 100 anos e enfrenta dificuldades para manter seu modo de vida tradicional por não ter seu território titulado.

Apesar dos direitos territoriais quilombolas estarem previstos na Constituição Federal Brasileira de 1988, apenas 28 das quase 3 mil comunidades de remanescentes de quilombo foram tituladas no país.

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Leia o artigo completo, em espanhol:

Quilombolas en Brasil y la resistencia negra por la tierra

Fonte: La Jornada del Campo
Por Layza Queiroz Santos, assessora Jurídica da organização Terra de Direitos 
Tradução: José Hildo de Oliveira Filho

Las comunidades quilombolas en Brasil han surgido durante el período en que la esclavitud estaba legalmente instituida, entre 1559 y 1888, y se caracterizan por el hecho de que fueron los esclavos huídos que han construido estas comunidades, a través de la ocupación de tierras en las cuales pudieron vivir en libertad, y subvertir el orden del esclavismo. Así, se puede decir que la más grande expresión de resistencia negra en Brasil durante la esclavitud, ha sido la formación de quilombos.

Tras la abolición de la esclavitud y el fin de las persecuciones oficiales, los quilombolas poco a poco fueron estableciendo relaciones exteriores y se fueron incorporando a la sociedad. Sin embargo, no han perdido su relación de identidad con los quilombos y también no han abandonado sus valores sociales y culturales para operar una completa fusión a la sociedad que los excluía. Por esta razón, los pueblos que han mantenido el lazo histórico y social con los quilombos y han construido su historia al margen de la sociedad que los acosaba, pasaron a reivindicar la identidad de remanentes de quilombos.

Ratificada en 1988, la Constitución Federal de Brasil garantizó a los remanentes de quilombos el derecho de posesión permanente y  intransferible sobre las tierras tradicionalmente ocupadas. Esta protección constitucional debe ser entendida sobre todo desde el punto de vista cultural y social, pues lo que se busca es asegurar el respeto a estas comunidades para que puedan seguir reproduciéndose de acuerdo con sus propias tradiciones.

Para asegurar estos derechos es imprescindible que los territorios sean regularizados. Todavía, pasados más de 20 años de la aprobación de la Constitución Federal, ocurrieron pocos avances en los derechos territoriales de los quilombolas. Hay hoy día en Brasil alrededor de 1290 comunidades quilombolas, pero solamente 28 han conseguido el reconocimiento de su territorio, según datos de la institución responsable por la regularización de tierras de los quilombos en Brasil (Incra).

Este retraso causa enormes daños a estos pueblos. En la Amazonia brasileña existen diversos quilombolas que luchan por el reconocimiento de sus derechos y comparten sus territorios con emprendimientos madereros, grileiros y propietarios de tierra que, por su turno, tienen grandes facilidades para la regularización de sus tierras. Además de convivir permanentemente con los conflictos y la inseguridad, los quilombolas están prohibidos de acceder a recursos naturales necesarios a su supervivencia.

Este es el caso de la comunidad Patos de Ituqui, ubicada en el bajo río Amazonas, en la municipalidad de Santarém. Este quilombo existe hace aproximadamente 100 años y está constantemente amenazado por la presencia de un propietario de tierras en la región. Además de evitar el tráfico y la pesca en el río, este propietario de tierras amenaza los quilombolas, armando grupos para intimidarles. Imposibilitados de utilizar el margen del río, los quilombolas viven permanentemente en conflicto con este “propietario”.

Las tradiciones culturales y sociales de la comunidad Patos do Ituqui solamente se efectuarán plenamente con la regularización de su territorio y la retirada de este estanciero. Lo que ocurre es que siquiera hay alguna proyección de cuando se conseguirán efectuar estos derechos. Lo que amenaza no sólo la reproducción física, social y cultural de este quilombo sino también la vida y la integridad física de las personas involucradas en este conflicto.

La lentitud en la garantía de este derecho se justifica a través de una ideología racista, herencia de la esclavitud, que no reconoce los quilombolas como sujetos de derechos territoriales en Brasil. Además, Brasil es el segundo país en el mundo en concentración de tierras, y el avance del modelo capitalista de producción en el campo establece un contexto político desfavorable a los quilombolas, indígenas, sin tierras, pueblos y comunidades tradicionales.

Una gran amenaza al movimiento de los quilombolas en Brasil se trata de un proceso judicial que tramita en la Suprema Corte de Brasil. A través de ello, sectores conservadores intentan limitar el acceso quilombola a la tierra, pues buscan determinar que solamente los quilombolas que ocuparon su territorios 1888 (abolición de la esclavitud) y 1988 (ratificación de la Constitución Federal) tendrían derecho a protección Constitucional.

Sin embargo, en este periodo, muchos quilombolas fueron expulsados de sus tierras por estancieros, madereros, y grandes propietarios de tierras. La ausencia de políticas públicas que garantizan el derecho quilombola a la tierra ha tornado imposible la supervivencia y permanencia de estos grupos. Además, en el tempo de la esclavitud legal, muchos quilombos fueron perseguidos y destrozados, lo que torna visible el conservatismo de aquellos que quieren limitar el derecho quilombola, pues al fin y al cabo están responsabilizándoles por haber sido masacrados. Por esta razón, no tiene ningun sentido la delimitación del período ininterrumpido de ocupación de la tierra 1888-1988 para los derechos quilombolas están garantizados.

El acompañamiento de este proceso judicial está en la pauta de luchas del movimiento quilombola y su juicio determinará las acciones de los quilombolas en Brasil. Si actualmente encontramos enormes dificultades para efectuar su derecho constitucional, en caso de que los sectores conservadores obtuvieran una victoria en este proceso, las dificultades para el reconocimiento de las comunidades remanentes de quilombos serán todavía más grande.

 



Ejes: Terra, território e justiça espacial