Las comunidades de los quilombolas están inmersas en un contexto de presión racial que viene desde hace siglos. Brasil fue el último país de las Américas que abolió formalmente la esclavitud, en el año 1888, y uno de los últimos en garantizar en ley el derecho quilombola al territorio, lo que sólo sucedió con la Constitución Federal de 1988. Pero toda la conquista quilombola fue el fruto de una ardua lucha.

Los quilombolas aún luchan por el reconocimiento y efectivización de los derechos básicos, como el acceso a la salud, educación, habitación y tierra, entre otros. Sin embargo, en este momento, las comunidades enfrentarán desafíos aún más grandes, pues el actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ya dice públicamente lo siguiente: “Yo fui un quilombola en Eldorado Paulista. El afro descendiente más liviano ahí, pesaba siete arrobas. ¡No hacen nada! Creo que no sirven más ni para procrear (...) Más de mil millones de reales por año gastados con ellos”.

Ante este contexto, vea las principales amenazas a los quilombolas.

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